martes, 2 de agosto de 2011

Canción de los lobos

Ruge y retumba la tormenta
por la enlutada bóveda del cielo,
y sobre el dorso de impetuosas ráfagas
cabalgan las deidades de invierno.

Ni el frígido erial donde vagamos,
sin acierto buscando alguna senda.
Ni arbusto descubre la mirada 
que el suspirado abrigo nos ofrezca.

Allí en la cueva el hambre que nos mata 
y fuera de ella el frió que nos hiela
Entre ambos rudos cazadores
sin piedad nos acosan por doquier.

Y píntaseles otro en la batida: 
del cargado fusil la saña fiera
deja sobre la nieve señaladas
con vuestra roja sangre nuestras huellas...

Tenemos frió, sí: Tenemos hambre
Y el mortífero plomo nos asedia
Pero ¿Que importa?... En cambio somos libres
Libertad ¡Bendita seas!